La exhibición está compuesta por fotolibros que abordan de diferentes maneras la dictadura cívico-militar brasileña (1964-1985). Sus efectos aún se sienten en Brasil, el país latinoamericano que menos asimiló la historia de sus años de plomo, con una notoria escasez de políticas de acceso a la información.

En el primer grupo de libros exhibidos hay trabajos de corte más fotoperiodístico, realizados y editados durante la dictadura o posteriormente. Un segundo conjunto de obras, hechas también a lo largo de los años dictatoriales, muestra registros de otro orden: explicitan, por ejemplo, cómo el carnaval de la calle era al mismo tiempo una forma de olvidar la represión y burlarse de ella, o construyen cuentos fotográficos para ironizar la falta de libertad de expresión.

Los artistas contemporáneos, por su vez, para reactivar la memoria colectiva, trabajan con el tema a través de archivos familiares o públicos, a los que muchas veces agregan otros materiales. Suelen también mirar para el presente y hacia el futuro, sea llamando la atención para una parte de la dictadura que sigue viva (la Policía Militar, una de las más asesinas del mundo) o imaginando nuevas dictaduras ficticias para subrayar esa posibilidad siempre presente.

En las páginas de estos títulos encontramos la inminencia del golpe, las luchas de resistencia, las pequeñas disidencias, los lugares indecibles, el exilio, los efectos de la ausencia de los desaparecidos y las sombras que aún se proyectan. Imagen y memoria, historia y política, individuo y colectivo se entrecruzan.

Miguel Del Castillo, curador

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